Antes de vacaciones URE nos sorprendía publicando una decisión que su Junta Directiva había tomado siete meses atrás: hacer caso,
por fin, a la Resolución 85-9 de la IARU
y permitir a los no socios el acceso a las tarjetas QSL que la asociación recibe.
Como dicha Resolución, que no simple recomendación, se tomó por primera vez en 1985, más de uno podría pensar que, durante todo este tiempo,
nos han estado tomando el pelo, a nosotros, radioaficionados españoles, pero también a su matriz y al resto de sociedades miembro internacionales.
Pero la realidad no es exactamente así. La IARU y su entorno eran perfectos conocedores de la política de QSLs de la URE, pero han preferido hacer la vista gorda
y primar su business, el de ambas, en sincronía con la consigna acuñada aquí de "la vaquiña por lo que vale".
Varias son las consecuencias de este "desacato" institucional perpetrado durante tanto tiempo.
La primera, la devaluación de las denominadas "recomendaciones de la IARU", que, si ni siquiera sus sociedades miembro secundan, ¿porqué
deberíamos hacerlo el resto de mortales? La conclusión evidente sobre otra de "sus" recomendaciones, los planes de banda, es rotunda:
la IARU carece de toda autoridad moral para imponerlos.
La segunda consecuencia, esta con impacto directo sobre las propias tarjetas QSL, es su pérdida de valor para el colectivo, que ha aprendido a vivir sin ellas
en este largo periodo de chantaje (o eres socio o no hay QSLs), contrario al espíritu de la radioafición. En paralelo, la evolución tecnológica, con
interesantes propuestas como eQSL, LoTW, diplomas en pdf, etc., ha contribuido a la depreciación de la versión papel de las QSLs.
Un camino, este, de muy difícil vuelta atrás y que augura poco éxito a todos los proyectos basados en la QSL como cartulina.
La tercera, y no por ello menos importante, es el deterioro de la imagen pública y la credibilidad de quienes parecen estar interesados sólo en volver
al pasado y recuperar una antigua posición de privilegio/monopolio, que no volverá, en vez de mirar al futuro y tratar de tejer alianzas de colaboración
con otras entidades afines para remar juntos en pro de la radioafición.
Nuestra opinión, sobre esta oferta tardía e incompleta, es escéptica y le vemos poco recorrido.
Sin embargo, y a pesar de todo, hay que reconocer que, este anuncio de QSL para no socios de URE,
incluye unas cuantas novedades dignas de mención, respecto a la postura que tradicionalmente venía manteniendo la entidad.
La primera: que por fin se haya hecho público, pues, hasta ahora, esta opción se mantenía en secreto y escondida en lo más recóndito de su web
.
La segunda: el costo. Pasar de 80 € una sola vez al año, independientemente del peso, a una fórmula en que 20 gramos de
tarjetas (3-4 QSLs) podrían salir por 1,03 € y 1 Kg de QSLs (unas 250 tarjetas) costar 42,90 €, supone una sustancial
diferencia. (Suponiendo el envío por Correos.)
Tercera novedad: la información. Aunque sólo sea binaria: sí o no tiene uno QSLs pendientes. Esto es lo que se puede consultar en su web. Nada más.
A partir de ahí, hay que contactar con ellos para que te digan cuantas QSLs y cuanto toca pagar.
Impensable esperar que te digan cuantas de esas tarjetas en espera son nacionales y cuantas internacionales, de que países proceden, si de los más corrientes
o de afamados DX, si son nuevas o de hace años. Sólo cantidad e importe.
En estas condiciones, les deseamos mucha suerte en su "apertura", aunque sea retardada.
A estas alturas ya todos saben que la única pretensión de URE es la de siempre: hacer socios y mantener inalterable su chiringuito,
como si nada hubiera cambiado en el mundo en décadas.
Si la pregunta que se hacen nuestros avispados lectores es: ¿porqué no hicieron esto antes?, está claro que no es porque los costos ahora hayan bajado,
más bien todo lo contrario. Ni porque los ingresos hayan aumentado ostensiblemente, que tampoco, pues la masa social les viene disminuyendo
desde 1992 y el servicio se les ha vuelto cada vez más insostenible.
¿Órdago o farol? Ya veremos como les sale la jugada, porque hasta ahora, de lo que presumían sus directivos: "los socios no están en URE sólo por las QSLs",
nunca se habían atrevido a ponerlo a prueba.
¿Valentía o desesperación?
¿Intento de recuperar el terreno perdido en base al que fuera su servicio estrella?
Todo es posible, pero el problema, hoy en día, es que, ese servicio, para la mayoría, es más una molestia que un aliciente.
A nadie le apetece ya contestar QSLs. Y menos a los más veteranos, que están de vuelta de todo.
Nos alegramos de que, toda la presión que, durante años, hemos ejercido para sacar a relucir este sórdido asunto de las QSLs y el incumplimiento de la
Resolución 85-9 de la IARU, finalmente haya obtenido resultados.
Ahora es el momento de que, aquellos que en su momento nos insistieron tanto, y si aún están interesados en recuperar sus tarjetas,
aprovechen la ocasión. Nunca se sabe cuanto puede durar la oportunidad... hi hi.
Por nuestra parte, seguiremos enviando a URE, sin cargo alguno, las QSLs que nos llegan del extranjero para EA4URE e indicativos vinculados (EF4HQ, EG90IARU,
AN400...). Y nos abstendremos de las destinadas a sus socios, tal como nos advirtieron en 2011
,
pues no hemos recibido ninguna indicación en contra.
Pero ya sabéis que nuestro buró es abierto y cualquiera puede recuperar sus tarjetas de él mediante el envío de un simple SASE.
Incluso puede visualizar antes el detalle de lo que tiene pendiente en la web del EuroBureauQSL.
Algunos artículos sobre la historia de las QSLs y URE:
Nombre:
Ràdio Club Sabadell Indicativos: EA3RCN, ED3ZAL Sede: Sabadell (Barcelona) Contacto: ea3rcn@fediea.org Fundación: 1980 Cuota: 10 €/año QSO local: en 28.723 KHz USB, a diario de 22:30-23:30 EA Hitos:
cursos presenciales para la obtención de la licencia,
cursos de CW, Cluster, nodo y BBS de packet radio.