2024-12-04
You are here: HomeNews Canibalizar el tráfico de QSLs, ¿es el problema o la solución?
Canibalizar el tráfico de QSLs, ¿es el problema o la solución?
Al más puro estilo Risto Mejide, con este término de marketing podríamos definir lo que está sucediendo
con el producto estrella de muchas sociedades miembro de la IARU, pero provocado por ellas mismas.
Probablemente las tarjetas no desaparezcan nunca del todo, pero pasarán a tener una demanda residual.
Aquellas asociaciones para las cuales esta es su principal fuente de ingresos, harían bien en replantearse muchas cosas antes de que
sea demasiado tarde. ¿De cuánto tiempo estamos hablando?
En el mercado, todo producto (o servicio) tiene su ciclo de vida (lanzamiento, crecimiento, madurez y declive).
Los tiempos, y los volúmenes, dependen de muchos factores (necesidad, demanda, competencia) sobre los que se puede incidir
de unas cuantas maneras (promoción, diseño, distribución, precio).
A veces, las grandes marcas optan por lanzar nuevos productos que pueden afectar las ventas de otros artículos suyos propios, ya existentes
y consolidados, comiéndoles cuota de mercado (esto es canibalizar).
Se supone que, antes de hacerlo, han analizado el impacto del nuevo lanzamiento y se han asegurado
su alineamiento con los objetivos de la empresa: incrementar su facturación total.
Trasladados a nuestro terreno amateur, con otros objetivos, nos encontramos con que la
ARRL (la sociedad miembro de la IARU en EE.UU., y la que realmente mueve los hilos de esa organización)
lanzó en 2003 su versión de QSL electrónica, llamada Logbook of the World (LoTW),
probablemente espoleada por el auge de su precursora eQSL,
en marcha desde 1998.
El éxito de LoTW reside en su íntima relación con el más prestigioso galardón para radioaficionados:
el DXCC, esponsorizado también por la ARRL, que antes requería, para su obtención, de la confirmación de los contactos
mediante QSLs en papel y ahora, con ordenador e internet, se hace innecesario.
Un efecto colateral del LoTW es la devaluación del bureau y de los managers que piden dólares a cambio de
las tarjetas de sus clientes.
Basta subir el log por internet, y que la estación DX haga lo propio, para tener confirmada una entidad más e incrementar nuestra
valoración en el DXCC.
No hace falta enviar QSLs por correo postal, ni llevarlas a la sección, ni tan siquiera ser socio de la asociación nacional (!).
Tampoco es imprescindible ser socio de la ARRL para usar LoTW, siguiendo con la misma filosofía altruista
utilizada para gestionar su bureau.
Seguramente por esta razón, la incidencia sobre el número de sus socios, no tan sólo no ha sido negativa,
sino que ha seguido incrementándose (+1% anual), por el aumento de prestigio y por lo económica de su cuota anual:
39$ (35€), revista en web incluida.
¿Y que sucede, o sucederá, en el resto de países y sociedades miembro? ¿A qué velocidad?
Lo único que sabemos (de fuente fidedigna) es que el volumen de tarjetas decrece un 10% cada año.
Así que, aquellas asociaciones que pretendían aferrarse a una exclusiva que viene de lejos,
incumpliendo reiterada e impunemente la Resolución 85-9 de la IARU
relativa a las QSLs para no-socios,
con la tranquilidad de que el Consejo de Administración de la organización internacional no se atrevería a
tomar medidas en contra suya para hacerla cumplir, dada la importancia de su aportación al presupuesto global
(en el caso de España, la URE aporta a la IARU 11.500€ en el 2015, casi un 6% de los ingresos por cuotas de la Región 1;
lo que se ha venido en llamar "el precio del silencio"),
podrían encontrase con la paradoja de que LoTW consiga rebajar sustancialmente sus expectativas,
quedando toda la cuestión lavada en casa y sin que nadie tenga que tomar ninguna decisión.
O te aclimatas, o te aclimueren.
Simplemente genial, brillante, aséptico. Estos americanos son unos cracks!