2024-12-30
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Síndrome de Diógenes y operación ventilador
Rectificamos: URE no tira las QSLs a la basura, si hacemos caso a las palabras de su propio Presidente,
sino que guarda la basura en casa, que para el caso es lo mismo: los no-socios siguen sin poder recuperar sus QSLs.
Pero esto cambiará, dice él, y se distribuirán las tarjetas. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Porqué?
De momento sólo hay eso, palabras.
¿Palabras de Presidente? Sí, pero tampoco son garantía de nada. Y mucho menos de duración en el tiempo,
pues últimamente ambos, presidentes y palabras, parece que tienen poco recorrido en URE.
Al anterior, se le ocurrió que, devolver a su origen las QSLs para no-socios, era lo más adecuado.
Como hacían sus hermanos mayores de otros países, con un sello de "no member".
Pero claro, esto tiene un coste económico, el del incremento de peso en los envíos (de especial relevancia en los internacionales);
y un coste de imagen, los demás, sean socios nacionales o sociedades de la IARU, se percatan de la magnitud de la tragedia: pocos socios reales.
Cuatro toneladas de QSLs (¿basura?) se encontró acumuladas en la sede cuando accedió al cargo. Parece que ahora ya quedan menos.
Pero siguen siendo un potencial peligro para la "estructura" del "edificio".
Para el actual, es "un tema pendiente hacer llegar las QSLs a los no-socios".
El método, aún no ha sido revelado, pero bien podría tratarse de una burda "operación ventilador": centrifugar la "basura" hacia la periferia,
es decir, repartir las QSLs a la sección más cercana al destinatario,
sin más.
Impecable.
No es lo mismo tener acumuladas varias toneladas en un único punto, con el evidente bulto que hacen,
que distribuir algunos kilos por aquí y otros por allí, como quien no quiere la cosa.
La efectividad, escasa. Porque va a ser difícil que esos no-socios se enteren de donde están sus QSLs.
O les apetezca pasar por la sección a recogerlas, donde saben que les estarán esperando con los brazos abiertos para intentar convencerles
de que se hagan socios. Sin hablar del precio a pagar por las tarjetas y quien se las cobrará, si la sección o la central.
Por otra parte, dar una mayor publicidad a esta operación sería contraproducente para la asociación,
pues muchos se darían cuenta de que ya no es necesario ser socio para poder recuperar sus QSLs.
En definitiva, un verdadero callejón sin salida que es poco probable el tiempo solucione por sí solo.
Basura: dícese de todo aquel material o producto no deseado y que carece de valor.
Tirar a la basura: dar algo por inservible.
Síndrome de Diógenes: trastorno del comportamiento que consiste en la acumulación de grandes cantidades de basura
en el propio domicilio.
Cual paralelismo de aquel famoso ora diario, ora montón de hojas impresas, que inmortalizara el inefable
Julio Cortázar, ahora, a punto de cumplirse el centenario de su nacimiento, asistimos impávidos a otra de esas
metamorfosis intangibles: la de tarjetas QSL en basura.
Resolución 85-9 de la IARU: "se recomienda encarecidamente a las sociedades miembro, siempre que sea posible, a proporcionar
el servicio de QSL entrante a los no-socios dentro de su ámbito territorial de actuación, siempre y cuando esos no-socios estén de acuerdo en
pagar el coste total de este servicio; y si no lo están haciendo aún, a investigar los medios y métodos adecuados para entregar las tarjetas QSL
a los no-socios" (resolución adoptada en 1985 y revisada en el 2009 por su Consejo de Administración).
¿Las Resoluciones de la IARU están para ser incumplidas?