2024-12-03
Honetan zaude: HasieraBerriak Ultimas tendencias: "en móvil desde el tejado" y "en portable desde casa"
Ultimas tendencias: "en móvil desde el tejado" y "en portable desde casa"
Las dificultades que encuentran hoy en día los nuevos radioaficionados para instalar sus propias antenas,
principalmente por la exigencia de Telecomunicaciones a que lo haga una empresa homologada,
han hecho agudizar el ingenio a más de uno, dando lugar a curiosas aplicaciones, al límite del Reglamento.
Puede parecer una modalidad un tanto arriesgada, pero es de las pocas alternativas que tienen algunos para estar en el aire.
Porque, desde el Reglamento de Radioaficionados de 2006,
y el posterior de 2013, la licencia de estación
nada más se requiere para las estaciones fijas, pero no para las móviles y portátiles, que pueden ser usadas con sólo la
autorización de radioaficionado, aquella que dan con el indicativo.
Así que, una manera innovadora de ahorrarse el instalador de telecomunicaciones, es salir...
En móvil desde el tejado
Por supuesto que hay formas más sencillas de hacerlo que la de la foto, pero no todo el mundo tiene el parking en la azotea y una rampa de
fácil acceso para llegar a ella... hi hi.
Pero aprovechando la poca concreción del Reglamento, el límite sólo está en nuestra imaginación:
"Estación móvil de radioaficionado": Estación de radioaficionado destinada a ser utilizada en movimiento o mientras esté detenida
en puntos no determinados.
Nótese que nada se dice del tipo y tamaño, ni tan siquiera si tiene que ser en un vehículo, donde esté montada la estación.
En portable desde casa
Otra posibilidad, también muy en boga, es la de salir en portable, como cuando vamos a activar un vértice geodésico o una montaña
del Diploma SOTA, pero sin ir tan lejos.
Subimos mesa, sillas, equipos y antenas a la terraza, y montamos la estación en un santiamén.
Luego ya iremos a por la cervecita, no sea que se caliente antes del CQ.
Aquí no necesitaremos un "pisón" para mantener el mástil erguido. Podemos aprovechar las grapas que "casualmente" encontremos en la pared,
o incluso aprovechar los mástiles que alguien se "olvidó" allí e izar la antena mediante la polea ya incorporada, o cualquier otro
artilugio que la "fortuna" nos haya brindado en ese lugar.
Pero, para evitar disgustos, es muy importante usar las palabras correctas en el contexto adecuado.
Así que, no está de más recordar las siguientes dos definiciones que se encuentran en el Reglamento:
"Estación portable de radioaficionado": Estación fija de radioaficionado, cuya utilización se realiza con carácter temporal
en una ubicación determinada distinta de la habitual.
"Estación portátil de radioaficionado": Estación móvil de radioaficionado que posee antena y fuente de energía incorporada
al propio equipo.
En el ambiente de radio, incluso cuando salimos al éter, la nuestra es una estación portable (/P), porque como portátil entendemos sólo el
walky-talky. Pero en entornos oficiales, escritos a la Administración o conversaciones con la Inspección, deberemos evitar
cualquier indicio de que nuestra estación es fija, como la portable, y asimilarla más a la portátil, que es móvil.
Sólo hay que recordar todos los trastos que hemos tenido que "portar" hasta la terraza para poner en marcha la estación... hi hi hi.
Otro incentivo para la memoria es recordar los 50.000 euros (!!!) de sanción que nos podrían caer por
"la instalación de estaciones radioeléctricas de radioaficionado careciendo de autorización"
(LGTel).
Con el otro móvil
Una tendencia, esta muy preocupante, que también se da últimamente, y que es claro indicador de las dificultades apuntadas,
es el uso cada vez más habitual de los teléfonos móviles inteligentes, con alguna aplicación (app), para salir por radio
a través de internet y redes como EchoLink.
La solución técnica es brillante, tecnológicamente avanzada y permite a un colectivo de jóvenes radioaficionados, recién aprobados,
acceder a la radio con poco presupuesto, pues el teléfono móvil ya lo tienen seguro, pero no el transceptor.
La pega es que limita la visión que se pueda tener de la Radioafición, sus posibilidades y sus valores.
Conclusión: Con tantos radioaficionados sin antenas, en caso de catástrofe sólo podremos usar nuestra autorización
para abanicar, poco más.
A ver si tendremos que ir todos un día a aparcar en el tejado del Ministerio, para que se den cuenta de la que están liando...