2024-12-30
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Mejor ser cebeísta que radioaficionado
Hubo un tiempo en que ser radioaficionado era lo más de lo más.
Teníamos una Ley que nos reconocía el derecho a instalar la antena, muchas bandas, el tráfico de QSLs organizado a nivel
internacional, un examen que nos daba caché, etc.
Pero ahora somos una panda de pringaos: tenemos que pagar una autorización, no podemos instalar nuestras propias antenas,
estamos amenazados de sanción (50.000 €) si no declaramos la estación, mientras los cebeístas campan a sus anchas,
con antenas tanto o más grandes. Y además, ¡todo legal!
¿De qué estamos hablando?
Supongamos un cebeísta y un radioaficionado. Ambos desean hacer DX en sus respectivas bandas: CB y HF.
Los dos saben que lo mejor para el DX es disponer de una antena con un bajo angulo de radiación y que las verticales cumplen
con este requisito. Además, ocupan menos espacio (superficie).
El primero, el cebeísta, se decide por una 5/8. El segundo, el radioaficionado, por una multibanda con bobinas.
Ambas van a suponer una altura de unos ocho metros aprox.
A partir de aquí se acaban las similitudes.
El cebeísta va a comprar su antena el viernes por la tarde, al salir de trabajar. El sábado por la mañana, bien temprano,
la monta, y antes del vermú ya está saliendo al aire.
En seguida contacta con estaciones lejanas y luego un ratito de charla con los colegas locales para comentar la jugada.
¡Una pasada!
Por su parte, el radioaficionado, que ya hace un año se animó a dar el paso, estudió el temario de examen, lo aprobó,
luego pagó la autorización y le dieron su indicativo,
recién ahora se dispone a rellenar la memoria técnica con las características de la antena elegida, hacer los croquis requeridos y
las fotocopias pertinentes.
El lunes enviará toda la documentación a Telecomunicaciones y, con suerte, en un par de meses recibirá la autorización para hacer la instalación.
Cruza los dedos para que no le obliguen a que una empresa le tenga que hacer la instalación.
Esto le dispararía el presupuesto y alargaría los tiempos.
Si vive en Alicante, ya sabe que le tocará pringar, por más pequeña que sea la antena.
¡Y el mástil!
Allí SIEMPRE exigen empresa instaladora. Menos responsabilidad para el Jefe Provincial, menudo...
Pero, ay del pobre radioaficionado que no siga esos pasos, se arriesga a que le sancionen (50.000 €) por instalar
una estación de radioaficionado sin autorización (ver explicación en el artículo
"Los radioescuchas no son radioaficionados").
Conclusión: Con este panorama, lo mejor es instalar siempre una antena de CB. Más rápido, más barato y sin necesidad de
papeleo alguno. ¿Qué no resuena en HF? ¡Pues se acopla y listo!
Aunque, pensándolo bien, para un óptimo rendimiento del sistema radiante, también podemos instalar una antena de HF y decir que es de CB.
¿Qué no resuena en 27 MHz? ¡Vaya por Dios!, ya nos ha vuelto a engañar él de la tienda... hi hi hi. ¿Lo pillas?