Leemos, en "otra web del ramo", que la pérdida de 17.082 licencias en el año 2007 fue debida a la
cancelación de segundos indicativos, mientras que el responsable de radioaficionados de la DGTel,
Carlos Carrascal, declaraba a finales del 2005 que había sólo "unos 1.500 radioaficionados
con dos indicativos y un número no significativo con tres".
Entonces, ¿cuál es la explicación para los 15.500 restantes?
¿Y para los más de 28.000 de los últimos 13 años?
Excusas, explicaciones, opiniones y "justificaciones" nos han llegado de todos los colores:
por culpa de internet, de los móviles, de la URE, de la IARU, de los concursos, de la propagación,
de los Ayuntamientos, del Ministerio, de la crisis,
de la falta de promoción en las escuelas o de publicidad en los medios, etc.
Agradecemos sinceramente todas las aportaciones recibidas, que seguro tienen parte de razón, pero seguimos
echando de menos EL argumento diferencial que explique porque esta enorme disminución en el número de
radioaficionados sólo sucede en España. Spain is different, ¿porqué?
Para poder comparar mejor nuestra evolución con la de los otros países de nuestro entorno, con magnitudes tan diversas
entre sí como los 81.000 radioaficionados de Alemania o los 5.400 de Portugal,
hemos elaborado el siguiente cuadro que, tomando como punto de partida el número de licencias de cada país en el año
2001, muestra la variación relativa de cada uno, en porcentaje, desde el común 100% inicial.
Observamos como los dos países ya mencionados, que suponen ambos extremos de la muestra: el de mayor y el de menor
tamaño, tienen un comportamiento muy parecido (líneas rosa y negra casi planas): gran estabilidad de
la cantidad de radioaficionados, con una oscilación menor del 5% alrededor del 100% central, y sutil tendencia alcista.
Por su parte, Francia (línea azul claro), que ha venido experimentando un ligero y continuado descenso (<2% anual)
hasta el 2007, muestra signos de franca recuperación (>5%) a partir del 2008.
Destaca, por arriba, el Reino Unido (en amarillo), con un pronunciado crecimiento que alcanza en 2008 su zenit
(de momento) con un 116,73%.
España (línea azul oscura) es justo el polo opuesto, hundiéndose hasta el 58,76% en el 2008
respecto al 2001, aunque la tendencia se viene arrastrando desde 1996 y continúa así también en el 2009, según las
últimas cifras publicadas.
A la vista de la imagen, y los números, sería razonable descartar las excusas que han afectado a todos los países por
igual, como son: la aparición de internet y los móviles, la influencia de la IARU, los concursos que saturan las bandas,
el mínimo historico de manchas solares que merma la propagación; y también la crisis financiera mundial, por ser esta
incluso más reciente que las cifras estudiadas.
Nos quedarían, por tanto, las causas exclusivamente nacionales:
la Administración Pública (local, central y autonómica), las asociaciones españolas y los propios radioaficionados,
sin exculpar a las publicaciones y medios de comunicación, especializados o no.
No obstante, hay quien opina que todo el esfuerzo y tiempo invertido en recopilar y analizar datos a nivel nacional e
internacional, de poco sirve, pues nuestra ideosincrasia sólo es comparable a la de Italia, de la cual no tenemos
cifras oficiales, aún, pero sospechamos que, cuando las obtengamos, será con Grecia con quien debamos compararnos.
Se reducen las causas del fenómeno y conocerlas es imprescindible para adoptar soluciones concretas.
Aunque también podemos sentarnos a esperar si después del 2011 (cuando se cumplirán 5 años de la entrada en vigor del
nuevo Reglamento de Radioaficionados y todas las licencias ya estarán convertidas en autorizaciones o de baja) dejan de
disminuir las estadísticas.