2024-12-21
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Museo CB: ¿altruismo o estafa?
Lo que en un principio parecía una buena idea (coleccionar y exponer equipos antiguos de CB-27),
podría resultar un engaño en toda regla, en el que, tras la inocente apariencia de asociación sin afán de lucro,
sus gestores (familia todos ellos) actúan como propietarios de los "fondos privados"
que tantos colegas han donado de buena fe a la entidad.
El asociacionismo es una de las máximas expresiones de la pluralidad democrática, con unas reglas del juego bien
definidas, aunque no siempre bien aplicadas.
Serias dudas nos plantean de aquí y de allá sobre el caso de Museo CB, oficialmente inscrita en Cádiz a
principios del 2006 con el nombre "Para la promoción y ampliación del Museo de Radioaficionados de Banda Ciudadana",
que afirma tener 200 socios, a los cuales, aunque lo sean gratis, alguna vez
se les debería de haber convocado en asamblea en estos cuatro años de existencia, ocasión idónea para dar las oportunas
explicaciones de la marcha de la asociación: actividades, patrimonio, movimientos de dinero
(subvenciones públicas o privadas, ingresos por publicidad en la web, gastos de desplazamiento a Congresos de URE
sufragados por quien o quienes, etc.), o simplemente para plantear elecciones a los cargos directivos previstos en
sus estatutos.
Aunque no estaría de más que les preguntasen a sus socios si realmente quieren que se elimine la actual autorización de
CB-27, porque da la sensación que han creado una "Plataforma" (disfrazada de "libre") para mentalizar a los
incautos, en vez de recoger y canalizar la opinión de sus representados (?).
En este sentido, su presidente, director, jefe de prensa y no sabemos cuantos cargos más, ha abierto últimamente un
blog que utiliza como púlpito para arremeter contra otros colectivos afines, sin que en el quepa la posibilidad de
añadir comentarios ni matices.
El que se las da
de radioaficionado (no aparece en QRZ.com pero si en el BOE por falta de pago de su licencia) y
de "periodista", suponemos que sin título,
puesto que sino debería conocer y practicar como código deontológico la declaración de principios de Benjamin Harris:
"un periodista debe recoger y difundir las noticias con veracidad y exactitud, acudir a las fuentes, corregir errores
y evitar la difusión de falsos rumores",
parece más interesado en crear opinión (la suya) que en informar de una manera fidedigna acerca de la realidad.
Otras pistas apuntan que, detrás de este montaje, estaría el "gran hermano" (o sobrino, mejor dicho)
con un interés claro por desestabilizar al colectivo de la CB para beneficio propio: "a río revuelto, ...".
Pero quizás estemos equivocados y todo esto sólo sean especulaciones malintencionadas,
sin que se les haya contagiado el virus de la corrupción de malas compañías.
Por si acaso, mientras esperamos ver algún gesto que lo desmienta,
pondremos en cuarentena toda información proveniente de Museo CB y cualquier donación prevista,
y recomendamos hacer lo propio a los que tengan dudas.
A los pocos días de nuestra anterior advertencia, el ínclito personaje confesaba, en su réplica, considerarse
propietario particular de la colección de emisoras y accesorios de radio provenientes, la mayoría, de donaciones
desinteresadas a Museo CB, relegando a la asociación a mera comparsa para conseguir sus fines,
pero sin la titularidad del patrimonio acumulado y mucho menos de su gestión.
Si este juego de confusiones, que bajo el mismo nombre ora es asociación ora particular, no es
estafa, ¿cómo debería de llamarse?
Pero no acaba aquí la cosa, pues aquellos de vosotros, socios de Museo CB, que nos habéis manifestado no haber
recibido nunca una convocatoria de asamblea, que sepáis que dicen haberlas celebrado, aunque sea a vuestras espaldas.
Actuad en consecuencia.
En fin, que llegamos tarde. La pandemia se extiende...
Parece que el "peloteo" tuvo su recompensa y nuestro protagonista ya tiene un cargo en URE, aunque sea a dedo:
Delegado en Algeciras, que no presidente elegido por
los socios.