2024-12-03
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El sueldo de los directivos de asociación
Algunos radioaficionados consideran normal que los máximo responsables de una organización sin afán de lucro
saquen "tajada" a cambio de la labor que realizan. Quizás por esta razón ellos mismos también se postulan a
tales cargos, esperando algún tipo de compensación más allá de la satisfacción por la labor bien hecha.
¿Es aceptable esta filosofía?
En realidad, desde un punto de vista estrictamente legal, la actual Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora
del Derecho de Asociación, ya lo tiene previsto en su artículo 11.5, donde dice lo siguiente:
"En el caso de que los miembros de los órganos de representación puedan recibir retribuciones en función del cargo,
deberán constar en los Estatutos y en las cuentas anuales aprobadas en asamblea."
Y ahí está el problema: la falta de claridad y transparencia, porque casi ningún estatuto contempla esa posibilidad y
los dineros manejados por este concepto no se ven reflejados en las cuentas de la entidad, que en algunos casos ni se
presentan a la masa social porque no se convocan asambleas anuales, por otra parte obligatorias por ley (art 11.3).
Mientras algunas organizaciones de cierto tamaño separan las funciones puramente representativas (Presidente, Consejero,
Vocal, etc.) de las propiamente ejecutivas (Gerente, Director, etc.), a las que asignan unos gastos de representación,
a las primeras, y un sueldo, a las segundas, en nuestro ámbito de actuación, la mayoría de radio clubs y asociaciones
de radioaficionados apenas tienen estructura ni presupuesto y prevalece el entusiasmo y la buena fe de unos pocos para
seguir avanzando y creciendo en servicios y actividades.
¿Es justa la dedicación de estos respecto a la pequeña cuota del resto? ¿Hay que establecer algún tipo de
asignación compensatoria? ¿O hay que hacer la vista gorda si el dirigente obtiene ciertas prebendas irregulares?
En cualquier caso, la polémica está servida, y, sin transparencia ni claridad, los rumores y el desánimo harán su
efecto devastador, minando la moral y el prestigio de asociación, asociados y, sobretodo, directivos.
P.D.: Aunque este artículo no va dirigido a nadie en concreto y a unos cuantos en general, si a alguien le pica,
que se rasque.