2024-12-03
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Caza del zorro: ¿donde se esconde el transmisor?
Esta es una manera divertida de aprender, jugando, algunos principios básicos sobre el comportamiento de las
ondas de radio.
Seguro que en la tele has visto cuando los biólogos intentan localizar algunos animales a los que, previamente,
les habían colocado un collar transmisor. Pues en esto consiste la "caza del zorro":
en encontrarlo. ¡Y es listo el muy puñetero! No dejarás que se te escape a ti, ¿verdad?
En realidad existen mucha variantes de la caza del zorro para radioaficionados, desde la pura diversión hasta la
competición deportiva más acérrima, pero, esencialmente, siempre se trata de hallar el emisor de las señales de
radio, que unas veces estará camuflado en un sitio fijo y otras puede estar en movimiento,
a pie o a bordo de un vehículo.
No profundizaremos aquí en las reglas del juego/competición, del tiempo a invertir, ni de los premios a otorgar,
sino que sólo daremos algunas pinceladas técnicas del material utilizado
en el evento organizado con motivo de la
Fiesta Mayor de Sabadell 2009,
destinado a chicos y mayores, radioaficionados y profanos.
Hoy en día, es en la banda ciudadana donde más interés existe por organizar este tipo de pruebas, aunque 27 MHz no sea
la frecuencia más idónea para ello, pues el tamaño de una antena con cierta directividad resulta demasiado voluminoso
para ser manejado cómodamente.
Por eso es mejor usar las bandas de V/UHF (144/432 MHz), donde las antenas con cierta
direccionalidad ya tienen medidas razonables, al igual que los equipos portátiles de esas frecuencias, muy populares
entre radioaficionados, y cuyas características permiten jugar con los rebotes de sus ondas para hacer más interesante
el reto.
Para este acto puntual optamos por desenterrar material acumulado en los cajones de los colegas más veteranos (¡Gracias EA3TN!).
De cuando se trabajaba con un cristal de cuarzo base de 24 MHz, se doblaba a 48 MHz, para después triplicar y obtener
los 144 MHz.
A los 432 MHz se llegaba, simplemente, triplicando otra vez.
Un varicap junto al cristal permitía modular en FM débilmente, que, después de tantos pasos multiplicadores,
alcanzaba un nivel de audio más que adecuado.
Para la baliza zorril, sacamos, por una parte, una señal de VHF de pocos mW y, por otra, la de UHF de unos 200 mW aprox.,
según la preferencia de uso que queramos darle en cada momento.
Complementa el montaje, el PIC encargado de generar el tono de CW con que se modula el emisor (¡Gracias EA3GHS!),
cuyo texto no vamos a desvelar aquí, pues es materia para otro taller:
el de Morse.